....porque cuando sin la menor verguenza ni inhibicion se desafiaba la autoridad de la Iglesia de Dios; cuando se hablaba sobre la monarquia, igualmente bendecida por Dios, y de la sagrada persona del rey como si fueran ambos puestos variables en un catalogo de otras formas de gobierno que uno pudiera elegir a su capricho; cuando, finalmente, se llegaba tan lejos como para afirmar con toda seriedad que el Dios Todopoderoso, el Supremo Hacedor, no era imprescindible y el orden, la moral y la felicidad sobre la Tierra podian existir sin EL, con la mera ayuda de la moralidad innata y la razon humana...
Libro: EL PERFUME
Autor: Patrick Süskind
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