Hace 107 años nacía un mundo diferente. La fusión entre los jugadores-socios de Barrancas al Sud y Colorados Unidos le dio vida a una enorme institución.
Un club que velozmente dejó en claro que se distinguía del resto. Máximo ganador de los inicios del fútbol, primer equipo en conseguir tres campeonatos de forma consecutiva, primer campeón del mundo argentino, y la vitrina se extiende…
Hoy, recordamos con síntomas de lamento la realidad que nos toca vivir, aunque conmemoramos nuestro aniversario con orgullo y el agradecimiento a todos aquellos que hicieron de Racing, una gloriosa entidad. Cada nombre quedará en la eternidad por siempre sin importar el porvenir que nos depare.
También hoy, reflexionamos sobre los justificativos de este presente que nos toca vivir. Ese pasado que desborda de logros se mantiene intacto, vigente sin deteriorarse por el correr de los días. Pero la fiesta no se completa con una realidad tan oscura. Los ojos y el corazón se iluminan en el cielo con los colores que nos representan. Pero los pies se ven obligados a mantenerse sobre la tierra.
Hoy, esos colores no pierden protagonismo ni importancia por nosotros. Los diferentes. ¿Enfermos? Seguro, es lo que nos hace únicos. Nosotros con inquebrantable fidelidad y devoción por este legado de grandeza que recibimos, somos los que le damos vida a un momento monocromo e inmerecido para los que obramos a la altura de los que nos hicieron grandes. Hoy asciende el honor de ser hincha de Racing. De sufrir por él, de festejar y volver a sufrir de nuevo.
El punto de quiebre que generaron dirigencias corruptas nos obligan a padecer tiempos adversos. El asecho parece interminable. En pocos meses, otro aniversario nos hará recordar la última alegría propia del hincha académico. Diez años bajando la mirada, sin poder mirar hacia delante por que es mejor no presenciar lo que nos refleja el porvenir. Aunque existía una excepción a la regla y la tuvimos.
Reinaldo Merlo llegó para apagar uno de los tantos incendios, y nos regaló una sonrisa inexplicable. La pasión desbordaba. Tras 35 años acumulando la ansiedad de volver a lo más alto, este señor junto a su grupo de jugadores diluyeron el fuego, y encendieron nuestras almas. El partido en La Plata. El gol de Bedoya. Las dos canchas. Somos quienes mejores corresponden a los que traducen sus méritos en hechos concretos. Y lo demostramos.
El recuerdo vive pero se aleja en el tiempo. Hasta que se obre con compromiso, hasta que nos maneje la inteligencia y no los experimentos. Hasta que un equipo muestre la personalidad y las características para vestir la histórica celeste y blanca. No todos los involucrados con el mundo Racing se deben sentir identificados por este aniversario.
Hoy, damos gracias a todos los que nos hicieron grandes. A los representantes de Colorados Unidos y Barracas al Sud que nos dieron una identidad hace 107 años. Al glorioso equipo de José. A los únicos campeones del siglo veintiuno, y la lista continúa…
Finalmente, a todos los que hoy levantaremos nuestras copas por nuestro querido Racing Club. Los optimistas por naturaleza. Los que decimos presentes en las pocas buenas y en las muchas malas aún más. Los que no bajaremos los brazos jamás. El momento adverso ya pasará. Las buenas ya van a venir…
Con orgullo de ser parte de La Academia, hoy le deseo con este corazón que le pertenecerá por siempre, ¡Muy Felices 107 años campeón!.
Un club que velozmente dejó en claro que se distinguía del resto. Máximo ganador de los inicios del fútbol, primer equipo en conseguir tres campeonatos de forma consecutiva, primer campeón del mundo argentino, y la vitrina se extiende…
Hoy, recordamos con síntomas de lamento la realidad que nos toca vivir, aunque conmemoramos nuestro aniversario con orgullo y el agradecimiento a todos aquellos que hicieron de Racing, una gloriosa entidad. Cada nombre quedará en la eternidad por siempre sin importar el porvenir que nos depare.
También hoy, reflexionamos sobre los justificativos de este presente que nos toca vivir. Ese pasado que desborda de logros se mantiene intacto, vigente sin deteriorarse por el correr de los días. Pero la fiesta no se completa con una realidad tan oscura. Los ojos y el corazón se iluminan en el cielo con los colores que nos representan. Pero los pies se ven obligados a mantenerse sobre la tierra.
Hoy, esos colores no pierden protagonismo ni importancia por nosotros. Los diferentes. ¿Enfermos? Seguro, es lo que nos hace únicos. Nosotros con inquebrantable fidelidad y devoción por este legado de grandeza que recibimos, somos los que le damos vida a un momento monocromo e inmerecido para los que obramos a la altura de los que nos hicieron grandes. Hoy asciende el honor de ser hincha de Racing. De sufrir por él, de festejar y volver a sufrir de nuevo.
El punto de quiebre que generaron dirigencias corruptas nos obligan a padecer tiempos adversos. El asecho parece interminable. En pocos meses, otro aniversario nos hará recordar la última alegría propia del hincha académico. Diez años bajando la mirada, sin poder mirar hacia delante por que es mejor no presenciar lo que nos refleja el porvenir. Aunque existía una excepción a la regla y la tuvimos.
Reinaldo Merlo llegó para apagar uno de los tantos incendios, y nos regaló una sonrisa inexplicable. La pasión desbordaba. Tras 35 años acumulando la ansiedad de volver a lo más alto, este señor junto a su grupo de jugadores diluyeron el fuego, y encendieron nuestras almas. El partido en La Plata. El gol de Bedoya. Las dos canchas. Somos quienes mejores corresponden a los que traducen sus méritos en hechos concretos. Y lo demostramos.
El recuerdo vive pero se aleja en el tiempo. Hasta que se obre con compromiso, hasta que nos maneje la inteligencia y no los experimentos. Hasta que un equipo muestre la personalidad y las características para vestir la histórica celeste y blanca. No todos los involucrados con el mundo Racing se deben sentir identificados por este aniversario.
Hoy, damos gracias a todos los que nos hicieron grandes. A los representantes de Colorados Unidos y Barracas al Sud que nos dieron una identidad hace 107 años. Al glorioso equipo de José. A los únicos campeones del siglo veintiuno, y la lista continúa…
Finalmente, a todos los que hoy levantaremos nuestras copas por nuestro querido Racing Club. Los optimistas por naturaleza. Los que decimos presentes en las pocas buenas y en las muchas malas aún más. Los que no bajaremos los brazos jamás. El momento adverso ya pasará. Las buenas ya van a venir…
Con orgullo de ser parte de La Academia, hoy le deseo con este corazón que le pertenecerá por siempre, ¡Muy Felices 107 años campeón!.
AGUANTE RACING CLUB!!!!
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