miércoles, 22 de septiembre de 2010

Algo de eso

La necesidad de poder sentir con esa vertiginosidad, con la mente puesta en que todo va a estar bien cuando sabemos muy bien que todo depende del destino, que sin querer, domina nuestros cuerpos y almas.
Veo a través del espejo la laguna que divide el bosque con la escollera y con el puerto, aquel que en momentos de melancolía me sentaba a meditar y a tomar, entre lagrimas, el whisky que me hacia perder y desorientar de toda realidad. El viento sopla fuerte desde el sur, por ende lo hace ser aun mas frió y me hace temblar, mas allá del estado que me encuentro, que con ese grado de alcohol me siento aliviado de toda sensación dolorosa. Domino y soy consciente de mis actos, hago lo que no quiero hacer cuando estoy sobrio y la libertad predomina en este instante de delirio.
Me levanto y, como puedo, camino hasta el cuarto de hotel. Abro la ducha y me deslizo por el mármol de la bañadera hasta acostarme completamente en forma horizontal y dejarme gozar de semejante excitación. El ebriedad va pasando y las imágenes son mas comunes en mi mente, la luz refleja el agua transparente que hace ensegeserme y volver a un estado neutral.
Quiero desprender el sub-consciente de mi cabeza, quiero que mi otro yo deje de dominar mis actos y poder volver a ser, SER como humano y persona, ser quien soy.
Caigo en un profundo sueño sobre las sabanas blancas.

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