Exceptuando en el amor, la insistencia prevalece y triunfa. Es impagable
la sensación de haber intentado resolver un problema de mil maneras y,
frustración tras frustración, sin que la cosa avance, se te ocurre una
idea. Una idea que, siendo muy simple en sí misma, por fin funcionará. Y
tú, aún sin saberlo, vas todo lo naïve del mundo a llevarla a la
práctica.
Lo que verdaderamente
importa es conseguir por lo que has luchado. Comprender y llevar a cabo
algo, que jamás creíste que fuera posible. Y es en ese entonces es cuando,
mirando atrás te sientes orgulloso de todo lo que te ha llevado hasta
ese punto. Lo bueno, lo malo, todo forma parte de un todo impagable que,
de haber sido cambiado mínimamente, podría no haberme llevado hasta
este punto.
Y ahora, es cuando todo cobra sentido. Cada sufrimiento, cada experiencia, cada alegría toman parte de mi existencia, de mi vida.
Es
ahora cuando verdaderamente comprendo, que no me cambiaría por nadie.
Que todo lo que me ha empujado, pasito a pasito, a este momento, ha sido
maravilloso. Que, aunque parezca difícil en un principio, encontrarás
gente con tus inquietudes que te ayudarán a alcanzar tus metas y tú,
consecuentemente, a ellos las suyas.
Y quizás, lo más importante
de todo: que tu felicidad no depende de nadie. Tampoco del sitio en el
que te encuentres, puesto que has desarrollado y que te
permiten solventar lo cultural o la posible barrera para algunos de
no conocer a con quien quieras interactuar. La felicidad te inunda y
comprendes lo cerca que estabas de TODO, aunque pareciese que dabas palos
de ciego en un túnel sin salida. La magia es
poder construirte tu vida a voluntad. Elegir con quién quieres estar y
qué quieras hacer, independientemente de dónde te encuentres.
Hasta pronto!
¡Sean felices!
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