jueves, 26 de mayo de 2011

El hombre

La gravedad de la crisis nos afecta social y economicamente. Y es mucho mas que esto: los cielos y la tierra se han enfermado. La naturaleza, ese arquetipo de toda belleza, se trastorno. Nuestro planeta se encuentra en estado desolador y si no se toman medidas urgentes va en camino a ser inhabitable en poco mas de tres o cuatro décadas. El oxigeno disminuye de modo irreversible por el ácido carbónico de los autos y fabricas, y por la devastacion de los bosques. El hombre necesita de los arboles para vivir. Parecen no saberlo o poco importarles a quienes están talando las selvas del Amazonas y las grandes reservas del mundo. Los países desarrollados producen toneladas y toneladas de residuos tóxicos, que luego son tirados a los ríos y los mares, contaminando sin piedad el medio ambiente y envenenando no solo a los animales que viven en las aguas si no también a las personas que consumen estos alimentos. Parece no importarle a nadie, ni saben que estamos al borde de la destrucción física del planeta.
Otro peligro para que tengamos en cuenta es el agujero de ozono. Ademas del recalentamiento del planeta, consecuencia de la emisión de gases industriales y del efecto "invernadero", esta en peligro el futuro de los paises insulares debido al crecimiento del nivel de los ríos  y mares.
A pesar de las atrocidades ya a la vista, el hombre avanza perforando los últimos resquicios donde se genera la vida.
La humanidad ha recibido una naturaleza donde cada elemento es único y diferente. Únicas y diferentes son todas las nubes que hemos contemplado en la vida, las manos de los hombres y la forma y el tamaño de las hojas de los arboles, los ríos, los vientos y los animales. Ningún animal fue idéntico a otro, mas allá de que físicamente los parezcan, en su interior se encuentra el distintivo, allí es donde se juzgan por su desigualdad. Todo hombre fue misteriosa y sagradamente único.

¡Hasta la próxima!

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