miércoles, 18 de mayo de 2011

LOS HERMANOS KARAMAZOV - FEDOR DOSTOIEWSKI

La condena a trabajos forzados, agravadas años atrás con castigos corporales, no enmiendan a nadie y, sobre todo, no atemorizan a casi ningún criminal. Convengan en que cuanto mas tiempo pasa, mas aumenta el numero de crímenes. De ello resulta que la sociedad no queda preservada en modo alguno, pues aunque el miembro nocivo sea cercenado mecánicamente y enviado muy lejos, donde queda oculto a la vista de los demás, aparece otro criminal, o tal vez dos, para cubrir el puesto vació. Lo único que hasta ahora protege a la sociedad, enmienda al criminal y lo convierte en otro hombre es la ley de Cristo, expresada por la voz de la conciencia. Solo después de haber reconocido su falta como hijo de la sociedad de Cristo, es decir, de la Iglesia puede reconocer su falta: no ante el Estado.Si la justicia dependiera de la sociedad como Iglesia, sabría a quien relevar de la excomunion, a quien admitir en su seno. Como hoy la Iglesia solo puede condenar moralmente, renuncia castigar materialmente al criminal. Y no lo excomulga: lo envuelve en sus métodos de curación. Es mas, se esfuerza por mantener con el criminal todas las relaciones que mantiene con el cristiano inocente: lo admite en los oficios, le da la comunión, lo trata con caridad, mas como a un extraviado que como a un delincuente. ¿Que seria de el, Señor, si la sociedad cristiana, es decir, la Iglesia, lo rechazara, como lo rechaza y la aisla la sociedad civil?¿Que seria de el si la Iglesia lo excomulgara a la vez que se aplica la Ley del Estado? No existiría en el mundo mayor desaparición, por lo menos para los criminales rusos, que conservan la fe (......)



Texto extraviado de:

LOS HERMANOS KARAMAZOV - FEDOR DOSTOIEWSKI

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