lunes, 2 de mayo de 2011

En la soledad, tambien podes ser feliz...

Contemplo mi mano moviéndola lentamente en el aire. Me percato de que realmente, se asemeja a mi capacidad para cambiar mi entorno: nula. Puedes mover la mano lo rápido que puedas, que el aire no dejará de existir, de manar.
Busco satisfacerme, pero... algunas veces no es tan sencillo. Aunque realmente, sí que lo es.
Realmente, no hay truco: basta con cumplir tu voluntad, tu deseo.
Vivimos en una época, una sociedad, que fomenta un trabajo en equipo, una unidad, completamente etérea y falsa, así como inexistente. Es como cuando te oyes decir mil veces la misma mentira y a la mil-una vez ya te lo comienzas a creer. Como un sueño tan lejano que tanto podría haber sido parte de la realidad.
Solos, de alguna forma, nos sentimos mal. Necesitamos unidad, un grupo, amigos, una relación, algo que nos una haga sentir a la dinámica ideal del resto del mundo, que el resto del mundo aparenta llevar a cabo.

A veces no queremos ver la raíz del problema. No hablo de culpa de nuestra propia existencia, de lo jodida que es la vida; en absoluto. Simplemente proclamo que no necesitamos a otra persona para sentirnos completos.
¿Que un día te sientes apático y te apetece dar una vuelta? Adelante. ¿Una cerveza? ¿Por qué no?

Siempre podrás disfrutar solo de las pequeñas cosas. No esperes a nadie. Déjate llevar. Emprende el camino, que ya encontrarás a gente en él.
Tienes los medios, tienes la tecnología. No hay razón alguna para sentirse mal por emprender sin acompañamiento. Simplemente es como caminar sin música, sin los cascos puestos: quizás puede resultar algo menos animado, pero si te paras a escuchar, podrás escucharte a ti mismo.
Mirarte frente a frente, sin desvíos ni entretenimientos que te hagan ignorarte a ti mismo y lo que eres, en lo que te has convertido, y en lo que te convertirás.

1 comentario:

  1. justo cuando aprendemos a estar solos...a disfrutar d una cena acompañados nada menos q de nosotros mismos,una caminata, un libro, o algo tan simple como el silencio; cuando aprendemos a saborear el amargo y el dulce perfectamente, es cuando podemos dilucidar fehacientemente la diferencia entre esos dos sabores, y asi el dulce, cuando llegue, sera mas dulce aun...

    c.

    ResponderEliminar