martes, 22 de marzo de 2011

Una poesia

Manantiales de colores,
enredadera de metal pulida de bronce,
esmeraldas marchitadas por las nubes grises;
capataces de matrices captadas por un rayo ingenuo

Traslado mi mente hacia ti,
tu cuerpo, mujer libia, suave;
tiende a mojar mis mejillas palidas de seda,
tu vientre, tu piel, alli donde me tiendo

Florece la flor en primavera,
tu sonrisa penetra,
delirio junto al umbral de calle,
acorralada contra mi pared,
asi te encuentras...

Te aferras sin querer a la morada,
puedes volver sin deleitar palabra;
crimen de un corazón abatido,
ojos que aclaran mis sentidos.

Senderos de piedras, arrogancia nocturna,
maravilla de un mundo natural sin sol, sin luna;
penetro acantilados, busco tu figura dúctil,
aquella marca dilatada de tu ombligo.

Rayos de luz, girasoles abriendo alas;
asíte busco, así te encuentro.

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